miércoles, 19 de marzo de 2014

Open House

  Literalmente traducido, "casa abierta", para que  nos entendamos, "jornada de puertas abiertas".

  Y así, literalmente de cabeza es como aterricé en el colegio a conocer a los niños y a los padres de mi clase. Del distrito a comer algo rápido, rapidísimo, y al cole, donde me estaban esperando ya nerviositos, pensando que no llegaba. A la entrada me dan una camiseta del cole, entro a mi oficina a cambiarme rápidamente, y, en mi escritorio, un regalito de bienvenida de mi compañera: "¿Para mí? Graciassss".
No tengo tiempo ni de darle las gracias como se merece. Me explican los cuatro, o cinco, o no-sé-cuántos montoncitos de papeles que los padres de mi clase tienen que rellenar, y ¡AQUÍ ESTÁN!! Qué nervios, Dios mío!! A la mitad les puedo entender, pero a la otra mitad... qué momentos!!! ellos me hablan, hacen esfuerzos por ser muy amables y contarme cosas de sus niños, pero es que no me entero!!! Menos mal que a mí con los nervios y la vergüenza me sale la sonrisa sola, así que, al menos, creo que se llevarán la impresión de que la profesora es agradable.


  Los niños muy educaditos, la verdad. Ninguno ha intentado desmontar la clase, y la última pareja en salir de la clase ha tenido que esperar porque sus hijos no consentían en marcharse sin antes dejar absolutamente todas las piezas de construcciones perfectamente recogidas.

  Una hora y media y... chimpún!! Se acabó!!! Otra cosa hecha!!!

  César y los niños vuelven de su "Open House" como familia de nuevos alumnos. Han podido conocer sus clases y a sus profesoras, y vienen tan contentos.












   Hoy ha sido un día largo, duro y lleno de emociones... Por fin... todos juntos a "casa" a descansar. Mañana toca madrugar para venir al cole (mi primer claustro y único día para preparar la clase para el lunes, que será el primer día de cole).